Haberle cogido prestado este salto de cama a su mujer en secreto es algo que este tío nunca le confesará a ella, pero aunque le da un poco de vergüenza tiene que reconocer que nunca había pasado un rato de masturbación tan bueno. Hace tiempo que le cogió gusto a masturbarse el culo con una serie de consoladores que, eso sí, se compró para sí mismo, pues era impensable coger los de su mujer; pero lo de vestirse de fémina no lo había intentado hasta hace poco, y le gustó tanto, que pensó que coger la lencería de su esposa haría todo mucho más excitante, y no se equivocó.