De seguro, la próxima vez que este agente de tráfico vea que un motero se salta el límite de velocidad hará la vista gorda. ¿Cómo puede ser que haya acabado enculado por cuatro moteras transexuales? Y no es que no le haya gustado, ojo, es que durante unos cuantos días no va a poder sentarse debido al estado de su ojete. No esperaba que le fueran a dar un castigo semejante, las guarras shemales se ensañaron con su ano. Y por si no fuera bastante, lo hicieron comerle las pollas a todas hasta casi ahogarlo, en plan garganta profunda.