Este tipo con cara de pardillo se decidió al final por un gabinete de masajes eróticos, porque últimamente no habÃa manera de echar un polvo. Se haya en sequÃa sexual, no parece gustarle a ninguna mujer, asà que se fue al sexo pagado para poder tener un final feliz. Lo que no imaginaba era que, gracias a su idea, iba a conocer algo nuevo que nunca le pensó que le gustarÃa: el sexo transexual.
Cuando vio aparecer a la masajista, pensó que podrÃa presumir antes sus amigos de la chica guapa que le habÃa hecho una paja, pero se quedó corto. Porque la zorra era en realidad una shemale muy sexy, que conocÃa su trabajo muy bien. Lo curioso es que a ver a este tÃo empalmado, ella también se excitó mucho, y sin saber muy bien cómo acabó follando con su cliente, aunque no era lo habitual.