Creo sinceramente que el hentai y todo el porno japonés nos ha hecho mucho daño, eso por no hablar de la costumbre que hemos importado acerca de las caracterizaciones. Fíjate si no en este gay travesti, que en vez de vestirse de sexy señorita y moverle el culo a su novio, se ha puesto un extraño disfraz mezcla de jovencita y algún tipo de animal con rabo. Y lo peor es que a su novio parece encantarle el aspecto, pronto ha sacado uno de sus tantas máquinas sexuales con toda la intención de petarle el ojete. Eso, mientras consigue empalmar su polla y sustituir entonces los juguetes por verga natural.