La cosa empezó como una especie de competición de pollas, a ver quién la tenía más grande; por supuesto, ganó este maromo occidental, porque la chica es una shemale asiatica, raza que no destaca precisamente por sus grandes penes. Sin embargo, eso sólo añadió más emoción al asunto, porque estaba claro que iba a ser ella la que iba a trabajarse el rabo de su pareja y a acabar penetrada.
No es que le hiciera ascos a la tarea, más bien se lanzó a ella con entusiasmo. Comenzó con esta alucinante mamada, chupando los huevos tanto como lamía el tronco de la verga. Cuando tuvo el miembro preparado, se abrió de piernas para que su culo quedara al descubierto, mientras ella pajeaba su peluda polla esperando las corridas de los dos.