Me encantan las mujeres que se visten como si no hubieran roto un plato en su vida. Con coletas, minifalda, medias hasta arriba. Vamos, como la protagonista de hoy que realmente es una loba en la cama y tiene un rabo entre las piernas que incluso asusta, pero que se muestra sonriente y jugando como si no lo pareciera en absoluto.