Qué suerte tiene esa zorra shemale al trabajar como masajista en un spa… es para ella algo así como un picadero particular. Y es que a ella le gusta pasearse por la piscina del resort, donde algunos clientes se relajan totalmente; aunque a veces, no todo su cuerpo está en relax. Ella ya ha pillado a muchos maromos con la polla empalmada, y claro, no se puede aprovechar una verga dispuesta así como así. Y en cuanto alguno de estos pijos se despierta de su concentración con la boca de esta guarra transex sobre su rabo, dispuesta a abrir su culo caliente, lo toman como el mejor de los servicios.