Estas viejas travestis se han vuelto decididamente muy degeneradas con los años, o quizá le están dando una vuelta de tuerca a su relación. Hace un tiempo que, después de ver videos de porno duro, se han aficionado un poco al bondage y al sexo dominante; todavía se les resiste un poco el sado, pero todo llegará. Lo bueno es que son una pareja igualitaria, ambas asumen los papeles intercalándolos, y cuando una se hace la dominanta, la sumisa sabe que después le tocará a ella ese rol. Entre estos juegos sexuales, y sus disfraces de mujer, parecen haber encontrado la sal perfecta para sus folladas.