Ir al médico no es una actividad agradable para esta chica transex, porque siempre se ha encontrado incómoda por los tintes homofóbicos de los doctores a los que encontraba. Sin embargo, esta vez la atendió una doctora madurita, acompañada de una joven enfermera, que ni siquiera se inmutó al descubrir que era una tía con polla. Claro que durante el examen se descubrió por qué: a la muy zorra le gustaba tocar a las jovencitas shemales, y esta no fue diferente. Y en esta ocasión, además, contaba con su enfermera trans, así que entre las dos pegaron una buena follada a la paciente.