Nunca pensó que su primera experiencia con el sexo interracial iba a ser también su primera vez en el sexo transexual, pero así se dieron las cosas. Conoció a esta guapa negra una noche de parranda, y como vio que ella estaba bastante dispuesta a follar como descosida, se la llevó a casa en menos que canta un gallo; la única pega, y la única sorpresa, fue que al quedarse desnuda se descubrió que tenía un pene enorme que podía competir con sus grandes tetas. Pero, la verdad, que el efecto de ambas cosas puso a esta tío muy cachondo, más de lo que nunca imaginó en su vida…