Es toda una suerte salir a pasear por el parque, encontrarte con una tia buena y que ella esté más que dispuesta a irse contigo a tu casa a follar. Por eso, a este tío no se le ocurrió pensar en que pudiera haber gato encerrado, sólo se fijo en la maciza latina y ya iba con la polla empalmada y la mente confusa. Pero cuando llegaron a casa y se bajó las braguitas, se encontró con una verga tan grande como la suya.
Y aquello iba bien, pues nunca había tenido sexo con transexuales, así que iba a ser como quién dice su otra primera vez. El culo de esa zorra tranny era caliente y estrecho, y él lo disfruto como un cerdo hasta correrse.