A veces uno no sabe si agradecer a los amigos ciertos regalos de cumpleaños, o cagarse en la madre que los parió, que también vale. Sin embargo, en este caso, este tío debe reconocer que sus colegas se lo han currado y que, cuando menos, quisieron ser originales y eso lo consiguieron. Es verdad que él se quedó un poco a cuadros cuando vio que le habían traído una prostituta de las caras, y alucinó con lo tia buena que era la puta, una latina bella e impresionante. Sin embargo, lo siguiente que descubrió fue su polla entre sus piernas, y entonces supo que era una especie de encerrona. Pero oye, no desaprovechó la ocasión de follársela, porque esta feo despreciar un regalo.