Por supuesto que el cuerpo de una transexual causa asombro y extrañeza la primera vez que se ve, de eso no hay duda. Y por supuesto que a mucha gente le extraña eso del travestismo, ver a un tío hecho y derecho vestido de mujer por gusto y hasta encantado con ello. Y ver una tia buena…, joder, a cualquier tío lo pone nervioso, porque por lo general uno no se las va encontrando por ahí con tanta facilidad.
Pero si algo tienen en común estos tres especímenes es que, sin duda, disfrutan de una polla dura al máximo, y no se conforman con nada menos. Ya sea la suya propia, o la de otro género armado con pene, eso da igual. Y si me apuras, aquellas que tienen verga, todavía son más viciosas y cerdas si cabe.